Bonita palabra. Agradable sensación. Limpia el ambiente. El mundo huele, sabe y se siente diferente cuando llueve. Que la lluvia me empape me resulta liberador. En estos días me atrae la idea de pasarme horas bajo ella, un regocijo personal en esa sensación.
Las calles cambian a su paso, las gentes... variedad de paraguas, variedad de muecas ante un día lluvioso. Me descubro escuchando ese dulce sonido de las gotas cayendo, que parecen componer una melodía natural para el deleite.
Los gatos la observan, como con terca impaciencia. ¿Cuándo saldrá el sol que me permite tumbarme en el suelo y disfrutar de su calor sofocante?
Las calles cambian a su paso, las gentes... variedad de paraguas, variedad de muecas ante un día lluvioso. Me descubro escuchando ese dulce sonido de las gotas cayendo, que parecen componer una melodía natural para el deleite.
Miro por la ventana y cruzo miradas con los vecinos, que miran al cielo con la misma intención ilusoria de descubrir cuando dejará de llover.
Y llueve... y me encanta...